Jaha Dukureh: ‘Ser madre me convirtió en activista’
Jaha Dukureh, de Gambia, sobrevivió a un proceso de mutilación genital y al nacer su hija decidió emprender una lucha para concientizar y poner fin a esa práctica, así como otros abusos contra las menores.
Cuando Jaha Dukureh, de Gambia, se convirtió en madre, decidió que tenía que pelear contra una práctica que puso en riesgo a su hija y a las mujeres de su país.
Dukureh es una activista por los derechos humanos impulsora de la campaña contra la mutilación genital femenina.
Además, es la fundadora y directora de Safe Hands for Girls, una organización que lucha contra esa práctica que afecta a mujeres del continente africano.
Fue hasta que estuve embarazada de mi hija que empecé a hablar contra la mutilación genital femenina. No quería que mi hija tuviera que pasar por lo que yo pasé”, aseguró la mujer, quien también es embajadora de buena voluntad de Naciones Unidas en África.
En 2014, la activista registró una asociación a su nombre para intentar abolir esa práctica que afecta a las mujeres desde que nacen.
Incluso, Jaha Dukureh sobrevivió a este proceso, pues cuando tenía una semana de nacida, fue sometida a mutilación genital.
Al tomar conciencia de su propia historia, la defensora de derechos humanos, quien hoy tiene 34 años, decidió alzar la voz.
Empecé a hablar, a gritar. Empecé con un blog en el que compartí mi propia experiencia. Después, abrí un grupo de apoyo para otras mujeres”, explicó la mujer que fue sometida a un matrimonio arreglado cuando tenía 15 años de edad.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la mutilación genital femenina (MGF) como todos los procedimientos en los que se retira parcial o totalmente los genitales externos femeninos por motivos no médicos.
Se estima que más de 200 millones de niñas y mujeres vivas actualmente han sufrido la mutilación genital femenina, según datos de ONU Mujeres.
Para la OMS, la MGF es reconocida internacionalmente como una violación de los derechos humanos de las mujeres y niñas. Refleja una desigualdad entre los sexos muy arraigada, y constituye una forma extrema de discriminación de la mujer.
Suele ser practicada casi siempre en niñas pequeñas y constituye una violación de los derechos del niño.
Mientras viva, cada día me despertaré y gritaré al mundo que la mutilación genital femenina es nociva, y que el matrimonio infantil no es diferente de la violación”, declaró en diciembre del año pasado.
Ubicado en África Occidental y con un acceso limitado al océano Altántico, Gambia enfrenta severos problemas sociales y económicos.
De acuerdo con cifras del Banco Mundial, 48.6% de la población vive en la línea de pobreza extrema.
Incluso, según la Unesco, la tasa de alfabetización es de solo 50.78 por ciento.
Además, solamente 38.8% de la población de este país recibió al menos una dosis de la vacuna contra covid-19, según el conteo de la Universidad Johns Hopkins.
En esta nación, 77% de las mujeres ya fue sometida a la mutilación genital femenina.
Frente a este panorama, Jaha afirmó que mantiene su objetivo.
Está en juego el futuro de mi hija y el futuro de las niñas de nuestro continente”, aseveró.
(Excelsior)