La invasión británica del cine

La invasión británica del cine

Con la narración y explicación de Martin Scorsese, el documental muestra la historia de dos de los realizadores que más influyeron a leyendas del cine

Conocido por películas como Toro Salvaje, La última tentación de Cristo, Pandillas de Nueva York, Buenos muchachos y Los asesinos de la luna, Martin Scorsese ha creado un legado inigualable en la historia del cine mundial.

El cineasta, de 81 años, ha sido escuela e influencia de muchos otros que día a día buscan un lugar en las letras de la cinematografía, de la misma forma que Michael Powell y Emeric Pressburger lo fueron para él.

En el documental Hecho en Inglaterra: Las películas de Powell y Pressburger, es el neoyorquino el encargado de llevar el legado de estos dos cineastas británicos a las nuevas generaciones.

“Estoy muy orgulloso del hecho de que Martin Scorsese, quien creo que es el mejor director de cine vivo del mundo, haya sido influenciado por dos personajes como ellos y hayan sido una inspiración tan importante para él. Si hay alguien que puede dar a conocer estas películas y a estos directores es un genio como lo es Scorsese”, explicó el ganador del premio BAFTA, David Hinton, quien es el realizador de este documental, que llega a las pantallas hoy a través de Mubi.

Powell y Pressburguer se conocieron en Inglaterra en 1939 (Pressburger era originario de Hungría y llegó al Reino Unido en 1935, tras la llegada al poder del nazismo) e hicieron una mancuerna que marcó generaciones de cineastas por la manera en la que exploraban diferentes temas durante la Segunda Guerra y los primeros años de la posguerra.The video player is currently playing an ad. You can skip the ad in 5 sec with a mouse or keyboard.

“Ha sido maravilloso tratar de explicarle a la gente, por un lado, qué pasó, por qué estas grandes películas fueron descartadas cuando terminó la guerra y luego se hicieron algunas obras maestras. Pero, básicamente, algo había cambiado profundamente en Inglaterra: llegó un nuevo tipo de gobierno y la gente, hasta cierto punto, estaba tratando de deshacerse de ciertas cosas. Quizás sintieron que lo que estaba fuera ya no era bueno, por ejemplo, el colonialismo. Desafortunadamente, algunas personas asociaron estas grandes películas con el colonialismo, lo cual fue realmente una locura. Eso fue muy injusto. Pero sucedió que el estado de ánimo cambió en Inglaterra y es por eso que la forma diferente de hacer cine, la llamada Kitchen Sink School cobró prominencia.

“Pero Michael y Edward querían hacer películas para el mundo. Michael dijo que no debería haber un legado nacional, sino hacer películas para todos. Le molestaba que cuando terminó el cine mudo, llegó el diálogo de todos los países y teníamos doblaje y subtítulos, pero con el formato silente se podía enviar una película a Japón y como sólo había tarjetas escritas que decían lo que estaba sucediendo en la película muda, los japoneses podían reemplazar esa información con algo en su idioma, pero el resto de la película permaneció exactamente igual. Era un cine mundial”, apuntó Thelma Schoonmaker, productora de la cinta y viuda de Powell.

Con sus obras, los británicos quisieron continuar eso y lo dejaron ver en las películas de Pressburger, en las que había un uso constante de diferentes idiomas, como francés y alemán, que no se traducían, pues querían que la gente se acostumbrara a estar en contacto con el resto del mundo.

En ese sentido, la también tres veces ganadora del premio Oscar señaló que, en ese afán de que la gente no tuviera problema en convivir unos con otros y después del conflicto bélico vivido en los años 40, en algún momento, Powell buscó filmar en Latinoamérica.

“Quería hacer algunas películas en América Latina cuando terminara la Segunda Guerra Mundial y la gente pudiera cruzar el Atlántico sin ser impactada por un torpedo de un submarino alemán. Él y su entonces esposa fueron a Perú y México, y Michael realmente quería hacer algunas películas sobre los conquistadores.

“Pero, cuando regresó a Inglaterra, Pressburger ya había decidido que tal vez deberían hacer Blackburn Sisters, así que nunca pudo regresar, pero me gustaría que la gente supiera, especialmente en Latinoamérica, cuánto quería hacerlas”, explicó Shoonmaker, también editora de cabecera de Scorsese.

En 1986, Hinton realizó un documental sobre la vida de Powell cuando aún estaba vivo (falleció en 1990), cuando salió el primer volumen de su autobiografía A Life In Movies: An Autobiography y desde entonces el legado del cineasta y Pressburger se mantuvo en su carrera, de la misma forma que en la de Scorsese.

“Yo era sólo un joven británico en aquellos días, así que él era una enorme inspiración para mí y una gran influencia y, en cierta medida, ha vivido conmigo desde entonces. Debio habernos tomado cinco años desde que empezamos a hablar de ello hasta que lo completamos.

“Cuando empezamos a hacer el documental, Thelma y Scorsese estaban trabajando en Los asesinos de la luna, una película enorme y no pudieron concentrarse en el documental durante mucho tiempo. Hice gran parte del trabajo preliminar y, luego, una vez que terminaron con los Asesinos, lo hicimos”, explicó el director de forma remota.

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