El sin hit anunciado del Toro, que inició como una broma
Fernando Valenzuela completó su único doble cero frente a Cardenales de San Luis, en su última temporada con Dodgers.
Una broma de Fernando Valenzuela con sus compañeros de los Dodgers se convirtió en un vaticinio de lo que sería uno de los juegos más recordados del sonorense en su última temporada con el equipo angelino. El Toro completó su único juego sin hit ni carrera y lo hizo ante los Cardenales de San Luis el 29 de junio de 1990.
Ese día resultó ser una jornada histórica para las Grandes Ligas, ya que media hora antes del juego de Dodgers, Dave Stewart, con los Atléticos de Oakland, también completó un doble cero frente a los Azulejos de Toronto. Es la primera ocasión que se han dado dos juegos de este tipo en el mismo día.
Bueno, ya vieron uno en televisión, ahora van a ver uno en vivo”, bromeó Fernando Valenzuela con sus compañeros antes de salir a calentar al bullpen, luego de que habían visto la joya de Dave Stewart, quien curiosamente había sido compañero del Toro en los Dodgers y ahora ya como un lanzador estelar con los Atléticos también portaba el famoso 34.
Tom Lasorda, manager de los Dodgers, fue quien contó la anécdota al término del encuentro, mientras que Valenzuela aceptó que “lo hice bromeando”. A lo que el experimentado piloto le respondió: “Sí, pero sucedió, así que fue una predicción bastante buena”.
El sin hit ni carrera del mexicano estuvo a punto de romperse desde el primer bateador. El veloz Vince Coleman pegó un rodado difícil a las paradas cortas y el dominicano Alfredo Griffin realizó una sensacional atrapada para luego concretar el out con un certero disparo al primera base Eddie Murray.
También en el primer episodio hubo un error del jardín izquierdo Kirk Gibson, pero después de esa jugada Valenzuela llegó a retirar a 17 bateadores en fila hasta que en la séptima entrada, con un out, regaló dos pasaportes. Entonces el mexicano retiró a Terry Pendleton con elevado al jardín izquierdo y a José Oquendo con rodado a la antesala.
En el octavo inning se presentó la jugada salvadora del encuentro. Con dos fuera, entró a batear de emergente Craig Wilson, quien en cuenta de una bola sin strikes, conectó un largo batazo entre jardín central y el izquierdo. El jardinero central Stan Javier, con una veloz carrera, completó una sensacional atrapada muy cerca de la barda.
Javier había llegado a los Dodgers en un cambio con los Atléticos apenas unas semanas antes. El dominicano no estaba contemplado para jugar en ese encuentro, pero minutos antes, fue incluido debido a que Kal Daniels presentó una dolencia en la espalda.
En la novena entrada, Valenzuela ponchó a Coleman para el primer out, en lo que fue el tercer chocolate para el jugador de Cardenales. Luego regaló pasaporte a Willie McGee para aumentar la tensión entre los 38 mil 538 aficionados reunidos en el Dodger Stadium.
Pedro Guerrero, excompañero y amigo de Fernando Valenzuela, apareció en la caja de bateo. El dominicano celebraba ese día su cumpleaños 34, curiosamente el famoso número del mexicano.
El Toro lo colocó rápido en cuenta de cero bolas y dos strikes. El siguiente lanzamiento fue una rápida alta que conectó el jugador de los Cardenales y amenazó con irse de imparable, pero el sonorense alcanzó a desviar la esférica con la manopla y le cayó ideal al segunda base, Juan Samuel, quien él mismo pisó la intermedia y luego tiró a la inicial para completar el doble play y terminar así con el primer juego sin hit ni carrera de Dodgers desde 1980.
Fernando Valenzuela fue felicitado por su eterno catcher Mike Scioscia, mientras que sus compañeros lo rodearon en la loma. Luego de 119 lanzamientos, siete ponches y tres bases por bolas, había completado su primer juego sin hit ni carrera, lo que sería un digno cerrojazo a su paso con los Dodgers, equipo que lo dio de baja en la pretemporada de 1991.
“Realmente estoy muy feliz de tener este juego”, dijo Valenzuela. “En México, jugamos dobles juegos y tuve un sin hit en siete entradas y muchos juegos de un hit. Esto es más emocionante, porque tienes que enfrentar a todos los buenos bateadores”, agregó el zurdo mexicano al término del encuentro que duró 2 horas con 41 minutos.
Fernando Valenzuela, quien enfrentó una lesión en el hombro izquierdo en 1988, salió inspirado aquella noche para completar una hazaña más, ahora con una imagen diferente, ya que portó unos anteojos dorados tipo aviador, que llegó a utilizar por algún corto tiempo en su carrera.