(VIDEO) Sicario ‘profesional’ pide a testigos retirarse antes de actuar
Este hecho ha causado conmoción en redes sociales, donde muchos usuarios han comentado acerca de la frialdad y ‘profesionalismo’ del asesino; se arma debate
En un hecho insólito que tuvo lugar la noche del 1 de noviembre en el barrio Brisas del Río, en Barranquilla, Colombia, un asesino, claramente profesional, pidió a los testigos hacerse a un lado antes de llevar a cabo su misión. Este lamentable incidente quedó registrado por una cámara de seguridad ubicada en una tienda de Malambo, la cual se ha viralizado rápidamente en redes sociales.
#ÚLTIMAHORA A LA HORA SE TIENE CONOCIMIENTO DE UN H0MICID10 EN LAS AFUERAS DE LA TIENDA SAN BENITO ENTRADA DEL BARRIO NUEVA ILUSIÓN – MALAMBO (ATLÁNTICO)
— Elías mercado (@Elasmercado2) November 2, 2023
UNIDADES POLICIALES AL FRENTE DEL CASO. pic.twitter.com/vl4Nt7ByzR
En la grabación se observa claramente cómo tres personas conversaban tranquilamente en la entrada de la tienda cuando, de manera abrupta, un individuo con casco de motociclista irrumpe en la escena, apuntando con un arma de fuego. Sorprendentemente, el sicario da señales a dos de las personas presentes para que se alejen del lugar, quedando únicamente la víctima en la mira del agresor. También el encargado de la tienda se pone a resguardo.
Posteriormente, sin mayor dilación, el hombre en el casco disparó en varias ocasiones al dueño del establecimiento, quien pese a recibir atención médica inmediata, lamentablemente perdió la vida poco después en un centro de asistencia.
El fallecido fue identificado como Walter Díaz González, mejor conocido en la localidad como ‘Tarzán’. Las investigaciones preliminares revelan que ‘Tarzán’ tenía antecedentes judiciales que sumaban hasta ocho cargos por delitos de diversa índole, como portación de armas, hurto y tráfico de estupefacientes.
Este hecho ha causado conmoción en redes sociales, donde muchos usuarios han comentado acerca de la frialdad y profesionalismo del asesino. Un usuario identificado como Elias, en su cuenta de Twitter, mencionó que era un “profesional”. Otro usuario, Theomar Escalona, resaltó la particularidad del suceso, al inferir que “el sicario tiene el código de no matar niños”, haciendo referencia a que los testigos parecían ser adolescentes.
Sin embargo, no todas las opiniones en la red fueron en la misma dirección. Alex Zambrano, desde Ecuador, comparó la situación con eventos en su país, destacando que allí no hay distinción entre niños, madres embarazadas o ancianos cuando se trata de actos delictivos.
La Policía de Colombia ya está en proceso de investigar el caso y dar con el paradero del sicario. Se espera que en los próximos días haya más avances en la investigación que permitan esclarecer este trágico suceso que ha dejado a una comunidad en shock y luto.
La situación refleja la urgencia de abordar y combatir la creciente ola de violencia y criminalidad en la región, y la necesidad de reforzar las medidas de seguridad en establecimientos y zonas públicas para garantizar la integridad de los ciudadanos.
Recrudecimiento de la violencia en Colombia
A lo largo de su historia reciente, Colombia ha enfrentado múltiples retos en torno a la seguridad y el orden público. Si bien hubo periodos en que el país logró avances significativos en la reducción de la violencia, especialmente tras la firma del acuerdo de paz con las FARC en 2016, la situación ha experimentado altibajos que preocupan tanto a nacionales como a la comunidad internacional.
Durante las últimas décadas, Colombia ha sufrido la violencia generada por el narcotráfico, grupos guerrilleros, paramilitares y bandas criminales. Estos actores, impulsados por diferentes intereses, han competido por el control de territorios estratégicos y rutas de narcotráfico, desencadenando enfrentamientos armados y desplazamientos masivos de poblaciones vulnerables.
El proceso de paz con las FARC, aunque histórico, no ha logrado erradicar completamente la violencia. La desmovilización de esta guerrilla dejó vacíos de poder en varias regiones, los cuales han sido disputados por otros grupos armados ilegales y remanentes de las FARC que no se acogieron al acuerdo. Estas disputas han generado nuevas oleadas de violencia, afectando principalmente a comunidades rurales, líderes sociales y excombatientes en proceso de reincorporación.
Además, el negocio del narcotráfico sigue siendo un potente motor de conflicto. La demanda internacional de cocaína y otras drogas ilícitas ha alimentado la producción y tráfico en regiones colombianas, llevando a enfrentamientos por el control de cultivos de coca y laboratorios de procesamiento.
A esto se suma un escenario socioeconómico complicado. Las desigualdades sociales, la falta de oportunidades y la percepción de exclusión han llevado a protestas y movilizaciones sociales. En ocasiones, estas manifestaciones han sido infiltradas por actores violentos, generando enfrentamientos con las fuerzas del orden y exacerbando la percepción de inseguridad.
La situación exige respuestas multidimensionales que vayan más allá del enfoque militar y de seguridad. Es necesario abordar las raíces estructurales del conflicto, promover el desarrollo integral de las regiones más afectadas y garantizar la implementación efectiva de los acuerdos de paz. Solo así, Colombia podrá superar un ciclo de violencia que ha afectado a generaciones y encontrar un camino sostenible hacia la paz y la prosperidad.