Escaso apoyo a Erdogan para ganar reelección; habrá segunda vuelta en Turquía
El actual presidente y candidato se quedó a menos de un punto de la cantidad necesaria para ganar en la primera ronda; llamó a respetar los resultados de ayer y celebró el ejercicio de la democracia en las urnas.
La presidencia de Turquía se decidirá en segunda vuelta.
El presidente turco y candidato a la reelección por el Partido Justicia y Desarrollo, Recep Tayyip Erdogan, logró 49.4% de los votos en las elecciones generales de ayer.
Con eso, superó a Kemal Kilicdaroglu, su principal rival y candidato del Partido Republicano del Pueblo, quien sumó 44.6% de las preferencias.
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En tercer lugar quedó el candidato Sinan Oğan, con 5.3% de los votos.
Dado que ningún candidato logró más de 50% de los votos el país celebrará una segunda vuelta el próximo 28 de mayo.
Nuestro país, nuestra nación ha ganado, Turquía ha demostrado que es una de las principales democracias del mundo con su firme compromiso con la voluntad de la nación”, afirmó Erdogan en la sede de su partido, en Ankara.
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El dirigente turco agradeció el voto de los ciudadanos, así como a sus votantes y asistentes a su discurso.
Más temprano, con una camisa azul y expresión cansada, Erdogan votó en Üsküdar, un barrio conservador de Estambul.
Ahí, deseó “un futuro próspero al país y a la democracia turca”.
En 2018, en las últimas elecciones presidenciales, Erdogan ganó en primera vuelta con más del 52,5% de los votos.
Por su parte, Kilicdaroglu llamó a celebrar la voluntad del país.
No bloqueen la voluntad de esta nación. Hago un llamado a nuestros trabajadores de la democracia en el campo. No salir nunca de las urnas y juntas electorales. Estamos aquí hasta que se cuente cada voto”, dijo el candidato.
El principal opositor del país afirmó que está confiado en ganar en el balotaje.
Si nuestra nación dice segunda vuelta, nosotros absolutamente ganaremos en la segunda vuelta.
La voluntad de cambio en la sociedad es mayor que el 50%”, declaró en conferencia de prensa.
Previamente, el candidato se dijo confiado en la jornada de ayer.
Ya verán, la primavera volverá a este país si Dios quiere y durará por siempre”, añadió, en referencia a uno de sus eslóganes.
Kiliçdaroglu es el líder del Partido Republicano del Pueblo, de Mustafa Kemal Atatürk, fundador de la Turquía moderna.
Además, es el líder de una coalición de seis partidos que abarca desde la derecha nacionalista hasta la centro-izquierda liberal.
El candidato cuenta con el apoyo del partido prokurdo HDP, la tercera fuerza política del país.
Se trata de un aspirante que apostó por transformar el descontento popular y prometió restaurar el estado de Derecho y respetar las instituciones.
CONVENCER A MILLONES
Los candidatos deberán seducir a un total de 64 millones de ciudadanos, quienes están llamados a participar nuevamente.
Se trata de un país que tiene tradición de votar con índices de participación superiores a 80%.
Además, deben convencer a los electores de un país golpeado por una crisis económica, con una moneda devaluada a la mitad en dos años y una inflación que superó el 85% en otoño.
Además, enfrentan la tarea de reconstrucción tras el terremoto de febrero pasado.
La derrota de Erdogan demostraría que podemos salir de una autocracia consolidada a través de las urnas”, aseguró el politólogo Ahmet Insel, quien vive exiliado en París.
SE IMPONE UN NUEVO DESAFÍO REGIONAL
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan inició su carrera política en los años 60 en el seno del activismo islamista.
Actualmente, el fundador del Partido Justicia y Desarrollo (AKP) es el político turco que más tiempo ha pasado en el poder.
La sólida victoria de su agrupación política en las elecciones parlamentarias de 2002 logró catapultar a Erdogan a la jefatura del gobierno, un puesto que no abandonaría hasta 11 años después debido al límite de mandatos consecutivos establecido en la Constitución de su país.
Asimismo, en los últimos años, Recep Tayyip Erdogan ha intentado situar a su país como mediador a escala internacional.
Destaca el papel de la nación especialmente en conflictos como la invasión rusa de Ucrania.
Sin embargo, ha enfrentado un descenso paulatino de su popularidad, algo que se ha hecho notar también en el seno de la OTAN, donde sigue poniendo trabas a la adhesión de Suecia. (Excélsior)