Las otras heridas de la guerra: Los efectos psicológicos en la sociedad

Las otras heridas de la guerra: Los efectos psicológicos en la sociedad

Especialistas explicaron a Excélsior la forma en la que afecta a las personas estar dentro de un conflicto armado.

“Los efectos sobre la población civil en la guerra son importantes: la experiencia de vulnerabilidad y de peligro, de indefensión y de terror, pueden marcar en profundidad el psiquismo de las personas, en particular de los niños. El espectáculo de violaciones o torturas, de asesinatos o ejecuciones masivas, de bombardeos y arrasamiento de poblados enteros es casi por necesidad traumatizante”, escribió el psicólogo social Ignacio Martín-Baró en su obra Psicología social de la guerra, trauma y terapia.

En entrevista con Excélsior, Naief Yehya, autor de libros como Propaganda y guerra, habló sobre las repercusiones que los conflictos bélicos dejan en las personas que quedan en el fuego cruzado, a propósito de la violencia que escaló a partir del 7 de octubre entre Israel y el grupo propalestino Hamás.

Las consecuencias de la guerra siempre son graves, especialmente entre los niños, quienes no cuentan con el mínimo apoyo profesional. Pero en este caso es mucho peor debido a que la población de Gaza lleva viviendo en un estado de aislamiento equivalente a un internamiento en un campo de concentración desde 2006.

Naief Yehya, especialista.

*Naief Yehya, especialista.

La mayoría de la población de la franja, alrededor del 70%, llegaron allí como exiliados, escapando de la guerra en 1948, cuando tuvo lugar la Nakba (que es la catástrofe de haber sido despojados de su tierra por la recién fundada nación de Israel). El trauma es inmenso para estos auténticos cautivos que no tienen a donde ir”, señaló Yehya.

Asimismo, sobre el estado de los pobladores de regiones como la Franja de Gaza y sus colindancias, que viven en estado de alerta, el escritor afirmó:

Es de constante terror y angustia. Es prácticamente inimaginable para nosotros estar en una condición de amenaza permanente semejante en el que el  ejército de ocupación decide hasta cuántas calorías de alimento pueden ingresar a la franja. Por un lado la población sufre con un liderazgo de Hamás, que llegó al poder en 2006, que es una organización fundamentalista, fanática y corrupta que cree en la violencia como única alternativa a la ocupación (hay que mencionar que los palestinos han intentado muchas otras opciones de rebelión pacífica y siempre han sido reprimidos con inmensa brutalidad), y el ejército israelí que castiga colectivamente a la población, bombardea, asesina selectivamente, destruye hogares y cultivos. Es una población sin protección alguna”.

Para los gazatíes, comenta el también periodista, “el desplazamiento forzado es otro enorme trauma, ya que sus padres y abuelos perdieron todo en la guerra y llegaron a vivir en el hacinamiento, miseria  y abandono. Aun teniendo la oportunidad de huir a otro lado, la mayoría no lo harán por miedo a perder esa tierra, que con todo es lo único que les queda”.

Dulce escobar, psicóloga.

*Dulce escobar, psicóloga.

Por su parte, la psicóloga Dulce María Escobar Cruz, del Centro de Prevención de Adicciones Dr. Héctor Ayala Velázquez compartió que las personas en las zonas de guerra “desarrollan Trastorno de Estrés Postraumático, lo que les causa afectaciones a nivel cerebral, debido a que partes como la amígdala o la corteza prefrontal se ven comprometidas por la carga constante y atípica de sustancias como la adrenalina, el cortisol o la serotonina”.

Debido a este factor, la especialista señala que “quienes sufren conflictos como el de Medio Oriente, o incluso quienes son rehenes, pueden desarrollar problemas de memoria, hipervigilancia, ansiedad y alexitimia verbal, que es la incapacidad de las personas para reconocer y expresar sus emociones, precisamente porque el trauma de una guerra es muy grande y algo que no es sencillo de entender para la persona. Es un estrés perjudicial”.

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