Por ataques de Israel 40 países llaman a proteger cascos azules de ONU en Líbano
La fuerza de paz de la ONU acusó el jueves a las tropas israelíes de disparar repetida y deliberadamente contra sus posiciones.
Al menos 40 países expresaron este sábado su apoyo “pleno” a la fuerza de mantenimiento de la paz de la ONU en el sur de Líbano (FINUL) e instaron a proteger a los cascos azules, cinco de los cuales resultaron heridos en las últimas 48 horas.
Condenamos enérgicamente los últimos ataques contra las fuerzas de paz. Tales acciones deben cesar de inmediato y ser investigadas adecuadamente”, escribieron 34 países que contribuyen a esta fuerza de paz y otros seis estados, entre ellos Alemania e India, en una carta publicada en la cuenta de X de la misión polaca ante las Naciones Unidas.
Exhortamos a todas las partes en conflicto a respetar la presencia de la FINUL, lo que incluye garantizar la seguridad de todos sus empleados, en todo momento”, añadieron.
Este cuerpo, que cuenta con 10 mil efectivos, está bajo el fuego cruzado entre Israel y Hezbolá, que están en guerra abierta desde hace tres semanas.
La fuerza de paz de la ONU acusó el jueves a las tropas israelíes de disparar “repetida” y “deliberadamente” contra sus posiciones, lo que provocó una fuerte condena internacional.
Desde entonces, cinco cascos azules han resultado heridos, al menos dos de ellos por disparos israelíes.
Consideramos que el papel de la FINUL es particularmente crucial a la luz de la escalada de tensiones en Oriente Medio”, insistieron los 40 países, entre ellos Italia, España, Francia, Reino Unido, Irlanda, Indonesia, China, Turquía y Catar.
La FINUL expresó el sábado su temor a un conflicto regional “catastrófico”, con la intensificación de la ofensiva israelí contra Hezbolá en Líbano, en paralelo a la guerra contra Hamás en Gaza.
Italia, uno de los principales contribuyentes de tropas a la fuerza de paz con cerca de 900 militares movilizados, habló de posibles “crímenes de guerra”.
También condenaron los ataques París, Madrid, Dublín y Yakarta.
Estados Unidos, de su lado, se dijo “profundamente preocupado”.